viernes, 11 de noviembre de 2011
jueves, 10 de noviembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
LA HORA DE MATTOS
"Culturalmente siempre me sedujo todo aquello que implique secuencia, no el acto aislado, a veces espectacular pero que se agota en sí mismo, sino el acto que se hace como un paso pensando en el siguiente paso, y en una meta final."
“-La Puerta de la Misericordia, apunta a dos lados, por un lado el evangelio de San Juan, que es el evangelio por el que siento más simpatía, me siento más cómodo con la teología juánica, que en la definición que se respira en el evangelio del “Dios que es Amor” , ese Dios que en Amor que se expresa en la Buena voluntad, aparte con la idea de la preexistencia del Verbo, y algo que me atrae enormemente que son las autodefiniciones de Jesús, y una de ellas es: “Yo soy la puerta”, en la Iglesia en la Comunidad de Juan se produce el Apocalipsis.
José Saramago –quien forma parte de mi familia espiritual- decía públicamente que el hombre tenía que hacer lo que Dios no ha hecho, él tiene una óptica de ver a este mundo como una creación inconclusa, que todavía gime –según San Pablo- dolores de parto. Y lo que el hombre tiene que hacer es lo que nos reservó Dios que hiciéramos, eligiéndonos como colaboradores de su creación protagonistas de esta maravillosa aventura que en la vida que sin duda tiene que seguir más allá de la muerte”.
"Una cosa que me extraña cada vez que veo los documentos oficiales de Varela es que terminan con “Dios guarde a usted”. Incluso cuando renuncia al cargo, en un tono embroncado, lleno de borrones –una renuncia que no se conoce mucho, en junio del 1876– porque lo han desautorizado y han puesto nada menos que como inspector departamental –cargo que en la reforma sería clave– a un maestro destituido en Montevideo por la Comisión de Instrucción de Pública que él presidía. Aun en ese momento le dice a Montero, cuando podría haberse despedido con algún improperio muy nuestro: “Dios guarde a usted”.
"Varela me conquistó a mí. Yo estaba escribiendo una novela sobre Flores y Berro, con Josefina Péguy como narradora. Necesitaba una personalidad que estuviera el 19 de febrero de 1868 y me encuentro nada menos que con un sobrino de Berro, José Pedro Varela Berro. Estaba en Estados Unidos y era ideal para hacer toda la correspondencia de Josefina Péguy y poder explicar. Entonces me pongo a leer sobre Varela. Yo tengo una formación en colegios religiosos y por lo tanto, no hostil..."
"Las novelas se escriben a sí mismas, se imponen al autor; de otro modo no serían concluidas. El siglo XX le concedió a Jesús una muy significativa atención en todas las artes narrativas. Paradojalmente, no tuvo autores creyentes, por lo que sólo se abordó la dimensión humana de Jesús. Yo necesitaba leer una novela que, procurando atravesar esa dimensión, de por sí fascinante, explorase también algunos velos -los más externos- de su divinidad..."
"Pienso no tan distinto que usted y siento igual y visceral rechazo a la religiosidad sostenida por el terror o la codicia de recompensas. La imagen de Jesús, que procura suscitar la novela, no es, precisamente, la del Dios Todopoderoso, sino la del Creador que se anonadó a Sí mismo para asumir -por entero- nuestra finitud."
"Prefigurar la novela, es decir, escoger el punto de vista, el personaje-narrador, la trama (cómo articular los hechos), el tono afectivo, la selección de pasajes, etcétera, me llevó mucho tiempo: casi treinta años. Resueltos los problemas, o aceptadas sus posibles soluciones, la escritura no superó los dos años."
Nació en 1947 y se define como “Tacuaremboense nacido en Montevideo”, porque es en esta ciudad en donde vive su infancia y adolescencia, luego viaja a Montevideo para continuar sus estudios universitarios, pero una vez culminada su carrera de abogado se establece nuevamente en Tacuarembó.
Fue alumno de Washington Benavides, autor que dio a conocer los primeros cuentos de Tomás de Mattos y que luego fueran publicados en distintos diarios, periódicos y revistas literarias.
Su narrativa se organiza con amenidad y cierto suspenso en una estructuración ágil, plena de ingenio e imaginación.
Integra el volumen “Cien años de raros”, publicado por Arca en 1966, antología preparada por Angel Rama y en la que se incluyen dos relatos de este autor.
Sus narraciones fueron seleccionadas en México para integrar una antología que congregará la obra de diferentes escritores.
“-La Puerta de la Misericordia, apunta a dos lados, por un lado el evangelio de San Juan, que es el evangelio por el que siento más simpatía, me siento más cómodo con la teología juánica, que en la definición que se respira en el evangelio del “Dios que es Amor” , ese Dios que en Amor que se expresa en la Buena voluntad, aparte con la idea de la preexistencia del Verbo, y algo que me atrae enormemente que son las autodefiniciones de Jesús, y una de ellas es: “Yo soy la puerta”, en la Iglesia en la Comunidad de Juan se produce el Apocalipsis.
José Saramago –quien forma parte de mi familia espiritual- decía públicamente que el hombre tenía que hacer lo que Dios no ha hecho, él tiene una óptica de ver a este mundo como una creación inconclusa, que todavía gime –según San Pablo- dolores de parto. Y lo que el hombre tiene que hacer es lo que nos reservó Dios que hiciéramos, eligiéndonos como colaboradores de su creación protagonistas de esta maravillosa aventura que en la vida que sin duda tiene que seguir más allá de la muerte”.
"Una cosa que me extraña cada vez que veo los documentos oficiales de Varela es que terminan con “Dios guarde a usted”. Incluso cuando renuncia al cargo, en un tono embroncado, lleno de borrones –una renuncia que no se conoce mucho, en junio del 1876– porque lo han desautorizado y han puesto nada menos que como inspector departamental –cargo que en la reforma sería clave– a un maestro destituido en Montevideo por la Comisión de Instrucción de Pública que él presidía. Aun en ese momento le dice a Montero, cuando podría haberse despedido con algún improperio muy nuestro: “Dios guarde a usted”.
"Varela me conquistó a mí. Yo estaba escribiendo una novela sobre Flores y Berro, con Josefina Péguy como narradora. Necesitaba una personalidad que estuviera el 19 de febrero de 1868 y me encuentro nada menos que con un sobrino de Berro, José Pedro Varela Berro. Estaba en Estados Unidos y era ideal para hacer toda la correspondencia de Josefina Péguy y poder explicar. Entonces me pongo a leer sobre Varela. Yo tengo una formación en colegios religiosos y por lo tanto, no hostil..."
"Las novelas se escriben a sí mismas, se imponen al autor; de otro modo no serían concluidas. El siglo XX le concedió a Jesús una muy significativa atención en todas las artes narrativas. Paradojalmente, no tuvo autores creyentes, por lo que sólo se abordó la dimensión humana de Jesús. Yo necesitaba leer una novela que, procurando atravesar esa dimensión, de por sí fascinante, explorase también algunos velos -los más externos- de su divinidad..." 
"Pienso no tan distinto que usted y siento igual y visceral rechazo a la religiosidad sostenida por el terror o la codicia de recompensas. La imagen de Jesús, que procura suscitar la novela, no es, precisamente, la del Dios Todopoderoso, sino la del Creador que se anonadó a Sí mismo para asumir -por entero- nuestra finitud."
"Prefigurar la novela, es decir, escoger el punto de vista, el personaje-narrador, la trama (cómo articular los hechos), el tono afectivo, la selección de pasajes, etcétera, me llevó mucho tiempo: casi treinta años. Resueltos los problemas, o aceptadas sus posibles soluciones, la escritura no superó los dos años."
Obras de Mattos: “Libros y Perros”, reúne cuatro cuentos publicados en el año 1975. "Trampas de Barro", libro de cuentos publicado en 1983. "La Gran Sequía", también de cuentos, publicado en 1988. En 1998, edita "A la Sombra del Paraíso" y obtiene el Segundo Premio del Ministerio de Educación y Cultura. |  |
En el año 1988, publica su primera novela "Bernabé, Bernabé", obra de inmensa repercusión, por la que le fueron otorgados los Premios BARTOLOMÉ HIDALGO (Cámara Uruguaya del Libro), del Ministerio de Educación y Cultura y de la Intendencia Municipal de Montevideo.
En 1996, publica otra gran novela "La Fragata de las Máscaras" y nuevamente obtiene el Premio Ministerio de Educación y Cultura. También editada en Madrid en 1998.
En 1996 obtiene el reconocimiento a su brillante trayectoria de B`nai B`rith, que le confiere el Premio Fraternidad.
En 1997, se le confiere por la Fundación Lolita Rubial, el Premio Morosoli.
En 1998, edita "A la Sombra del Paraíso" y obtiene el Segundo Premio del Ministerio de Educación y Cultura.
Durante el año 2001, reedita "Bernabé,Bernabé", con importante ampliación, obtiene por ello el Premio del Ministerio de Educación y Cultura.
En este mismo año edita "Ni Dios Permita - Cielo de Bagdad".
miércoles, 2 de noviembre de 2011
OSMAR DE ENTRECASA
"Previa comprensión profunda del tema, el estado debería formular una filosofía cultural que sirva de marco para apoyar económicamente con coherencia y continuidad en el tiempo a la cultura en todas sus manifestaciones."
"La motivación para expresarme plásticamente es el ser humano. Niños, mujeres, hombres y ancianos con sus formas diferenciadas de vivir, me invaden como imágenes que simplifico al máximo transformándolas en seres esenciales que trascienden más allá de lo físico."
Osmar Santos nació en 1934. Es pintor, docente y fotógrafo de la ciudad de Rivera. Estudió en el IPA y en la Escuela Nacional de Bellas Artes a comienzos de la década de 1950. Su trayectoria se extiende por más de sesenta años continuados con el arte. Más de cuatrocientas exposiciones entre individuales y colectivas. Recibió más de un centenar de premios y distinciones.
Como gestor cultural en la frontera Rivera – Livramento ha sido creador de diversas instituciones artísticas, entre ellas en Museo Municipal de Artes Plásticas de Rivera por el que continúa trabajando desde que lo inició en el año 1958.
"A la movida cultural de Uruguay le agregaría, especialmente en el interior del país: más publicaciones artísticas, más exposiciones, más libros, más danza, más teatro, buen cine, etc.
Más incentivos a las empresas privadas para que apoyen a los jóvenes que hacen cultura."
"No sobran artistas. Sí falta público sensible. Es un problema de educación o formación. Con un mayor compromiso con la educación artística desde la escuela, las generaciones futuras serán más receptivas respecto a las manifestaciones artísticas.
Con leyes que respalden ampliamente la gestión cultural, tanto económica como logísticamente.
La difusión debería ser permanente e igual en todo el Uruguay, comenzando desde los niños en las escuelas. Vuelvo a mencionar la necesidad de una filosofía cultural en el marco de una política de Estado."
"La motivación para expresarme plásticamente es el ser humano. Niños, mujeres, hombres y ancianos con sus formas diferenciadas de vivir, me invaden como imágenes que simplifico al máximo transformándolas en seres esenciales que trascienden más allá de lo físico."
Osmar Santos
Nació en Rivera en 1934. Desde niño se inclinó por la pintura y la fotografía. Durante varios años procesó sus fotos en el laboratorio propio en su domicilio. Ha realizado exposiciones individuales de fotografía, y participado en muestras colectivas. Obtuvo varios primeros premios en salones fotográficos.
Creó en 1990 el Archivo Fotográfico de dicha Institución.
Como pintor es ampliamente conocido a nivel nacional, con más de un centenar de premios y más de cuatrocientas exposiciones entre individuales y colectivas.
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